Sonrisas que no se pueden fingir... La sonrisa de verdad te sale desde dentro. Lo hace porque son los sentimientos que se tienen en ese momento. Es fácil de percibir: es real, es auténtica, y en ocasiones, hasta se contagia, llenando el ambiente de alegría, de emociones positivas y agradables. Capta la atención de aquellos que buscan precisamente pasar un buen rato, sentirse bien, porque la sonrisa está para eso, para olvidarse aunque solo sea un poquito de todos aquellos problemas que nos rodean. Florece cuando consigues algo por lo que has luchado, cuando te alegras por el bien de alguien... Y sobre todo, cuando por esos instantes tu cuerpo y tu mente están en armonía. Al fin y al cabo de eso se trata.
La vida es un montaña de emociones y no todo es como quieres que sea. Hay veces que no consigues aquello que te propones o alguien te hace pasar una mala jugada u otras situaciones negativas que nos puede deparar el destino, pero si de verdad somos conscientes de que precisamente la vida está llena de altibajos, mejor estar pendientes de aquellos que nos hacen un poquito más felices y saber que esos instantes van a llegar siempre. Así, cuando sepamos que están ahí, que los estamos viviendo, saborearlos hasta hartarnos.
Por eso me apasiona la fotografía, porque los momentos no se vuelven a repetir y la imagen de ese instante tan bonito en tu vida se convierte en un recuerdo que permanecerá en tu memoria para siempre, siendo capaz de trasladarte en el tiempo y sentir lo que entonces.
La vida es un constante avance y debe conllevar un aprendizaje: "donde hay HUMILDAD para aceptar el error, habrá INTELIGENCIA para aprender de él".
@ivandelprestamo / Enlace: Ismael & Vanesa
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